Lo que necesitan hoy los gazatíes es ante todo seguridad y condiciones humanitarias para sobrevivir con dignidad. Han de estar a salvo tanto del ejército israelí como del fanatismo de Hamás, por eso, la solución más lógica es crear un Protectorado de la Naciones Unidas, en el que no interviniese para nada ni Israel ni Irán. Los cascos azules se encargarían tanto del orden como de procurar que los Derechos Humanos se cumplan en el territorio. La ONU y otras organizaciones humanitarias reabrirían los hospitales y facilitarían la puesta en marcha de escuelas y otros servicios esenciales. Por otra parte, Israel quedaría a salvo de futuros ataques terroristas provenientes de Gaza, con lo cual aseguraría su protección no solo en el hoy, sino también para sus futuras generaciones.
El protectorado es un paso intermedio inevitable en medio de tanto odio, pues solo personas no involucradas directamente en ese odio pueden poner paz, antes de poder hablar de perdón. Esta medida es buena para todos los intereses que de verdad busquen la paz, tanto de un lado como del otro del conflicto. Esta solución podría, si surte efecto, plantearse también para Cisjordania. Cuando se haya alcanzado un mínimo de paz podremos entones hablar de autodeterminación del pueblo palestino, y de la creación de un merecido estado para este pueblo que ha sufrido tanto.
